Si el juego que sueles dirigir no tiene pantallas editadas, éstas se han agotado, te parecen demasiado caras o simplemente no te gustan puedes crear las tuyas propias de una forma muy sencilla. Y si bien la tipología de las pantallas caseras es muy extensa, aquí presentamos una forma de construir pantallas de dos cuerpos.
El proceso más laborioso es el de crear el contenido interior y la decoración exterior. Cuando lo tengas todo imprímelo en formato A4 horizontal.
Después hazte con dos fundas transparentes para cuaderno de anillas tamaño A4 y corta la tira de los taladros, con cuidado de no romper el borde que cierra la funda. Rellénalas con cartulina o cartón fino (como el de una caja de «cereales») en tamaño A4, así tendrán consistencia.
Une las dos fundas por el lado corto con cinta adhesiva, dejando libres los lados abiertos, los cuales quedarán en los extremos de las pantallas. Si has utilizado el blanco como color de fondo en el diseño, puede venirte bien esparadrapo de este mismo color, que es fuerte y flexible. Procura no poner las dos partes demasiado juntas, deben tener la suficiente holgura como para poder cerrarse cómodamente. Ya solo queda rellenar el armazón con la chicha y tendremos listas nuestras pantallas, imprescindibles para dificultar las aviesas miradas de los jugadores a las notas de la aventura.
El resultado final dependerá totalmente de tu habilidad. Lo bueno de este sistema es que puedes guardar el esqueleto y utilizarlo para distintos juegos, para cada uno con su contenido apropiado, por supuesto. ¡Ningún juego de rol sin sus pantallas!